![]() Despreocúpese, de sus seguros nos ocupamos nosotros |
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Eran
las 11:30 de la noche de un sábado. Tengo por costumbre (no se si buena o
mala!!!) dejar mi celular encendido las 24 horas. Estaba cenando en un
restaurant con mi familia y escuché ese “agradable” sonido. Atiendo.
-“Carlos
Colombo ?”- pregunta una voz de mujer
-“Si”-
respondo.
Con
voz nerviosa me dice: - “Me robaron, me robaron
!!!”, qué hago?, por favor dígame qué puedo hacer?”
Ante
el dramatismo y la angustia que se notaba en su voz lo primero que atiné a
decirle fue: -“Bueno, tranquilícese, no se altere.”
Como
no era una voz conocida para mi le pregunté quien era.
-“Yo,
Catalina, la esposa de Pedro Martinez” – me contesta.
Pedro
es un “viejo” cliente. Hace más de 20 años que su padre (Don Alfredo)
tiene contratados sus seguros por mi intermedio. Cuando Pedro compró su
primer auto (si no me equivoco, un Renault 12) también lo aseguró a través
mío. Se casó con Catalina hace más de 10 años y tiene 2 hijos: Teresa y
Facundo.
Evidentemente
Catalina estaba nerviosa, angustiada y se notaba en su voz que trataba de
contener el llanto. Pensé lo peor: la asaltaron en la calle, la golpearon y
le sacaron la billetera y alguna otra cosa de valor. ¿Estaría con los
chicos?.
Le
pedí que se serenara y me contara qué le había pasado.
Con
voz más aliviada pero todavía temblorosa me relató lo sucedido (que, a
pesar de ser una situación muy fea, no fue tan malo como me lo había
imaginado):”Llegué al departamento con
Facu y Tere y vi que la puerta estaba entreabierta. La nena me dijo que
no entrara porque podía haber alguien adentro. Yo empujé un poquito la
puerta y vi el caos. Pegué un grito que despertó a los vecinos de los otros
departamentos. Ahora te estoy hablando de la casa del encargado. Por favor,
decime qué hago?, qué hago ahora?”.
Tratando
nuevamente de calmarla le dije que hizo bien en no entrar al departamento y
que ahora debería llamar a la Policía. Para tranquilizarla aún más le
dije: “En un rato yo estaría ahí”.
Terminé
abruptamente la cena con mi esposa e hijos, los lleve a casa y fui “al lugar
de los hechos”.
Llegué
a las 12:15. Catalina, Facu y Tere todavía no salían de su asombro y se los
notaba muy nerviosos y exaltados. Ella había llamado a Pedro que estaba en
Neuquen en un viaje de negocios quien le dijo “hace todo lo que Colombo te
diga” (qué lindo ser tan confiable para los clientes!!!)
A
los 5 minutos llegó un Patrullero con 2 policías que ingresaron al
departamento. Luego de hacer las pericias de rigor le pidieron a Catalina que
les indicara que le faltaba. Viendo el estado en que se encontraba ella le
indiqué al Suboficial que en ese momento le resultaría muy difícil
verificar lo robado y que al día siguiente ella pasaría por la seccional con
el detalle de los objetos faltantes.
Le
aconsejé que fuera a dormir a la casa de un vecino o un familiar porque sería
muy estresante pasar la noche con los chicos en su departamento.
Llamó
a un hermano que vivía cerca para que le prepara un lugar para dormir.
Mientras la llevaba en mi auto le dije que al día siguiente, más calmada,
hiciera un inventario de todo lo que faltaba o estaba roto para luego ir a la
Comisaría.
“Carlos,
mi marido no puede venir hasta el lunes, vos me podés ayudar?” – me pidió “Si.
Mañana a la mañana hacemos juntos un listado y te acompaño a la Comisaría”
(si este no es un buen servicio, el buen servicio, ¿dondé está?
J
)
Se
tranquilizó
más aún cuando le recordé que hacía 2 meses habíamos actualizado la póliza
del seguro y que, salvo el mal momento,
iba a recuperar todo lo perdido.
En
ese momento se escucha la voz de Facu (5 años) con su comentario:
“Si
venís traete un “tapaorejas” para los oídos porque si mamá llega a
pegar un grito como el de hace un rato te deja sordo !!!”
De
ahí salió el título de esta carta “El grito de Catalina” y su explicación.
A
los pocos días lo fui a ver a Pedro a su oficina y le lleve el cheque que
cubría los objetos robados y los daños que los ladrones habían provocado en
la puerta de entrada y en algunos muebles. Unos días antes le había enviado
por e-mail un voucher de la aseguradora para retirar de una casa de electrodomésticos
una TV y la PC.
Esto
pasó hace 2 años y me quedó grabado ese comentario de Facu: “ . . .
traete un tapaorejas . . .” por el grito que había pegado su mamá.
Actualmente Pedro tiene asegurada su casa, su estudio, el auto y cuenta con un seguro de vida para proteger a su familia. Si tuviera un perro también lo aseguraría!!! (pero prefiero no dar la idea porque a los chicos les encantaría una mascota pero Catalina no quiere saber nada!!!)
No
le quiero vender nada. O, mejor dicho, si.
Le
quiero ofrecer la seguridad económica, la
tranquilidad mental y la protección financiera
que una póliza le puede brindar.
Recuerdo
que Pedro me digo algo, al pasar, que me impactó: “Si
no fuera porque vos me volviste loco con el tema de hacer un seguro para mi
casa, si no fuera por
tu
perseverancia, por no aflojar a pesar de mis negativas, hoy no se que haría,
porque fue mucha plata la que hubiera perdido”.
Y
esto es totalmente cierto (la plata que hubiera perdido y mi perseverancia ¡!!!).
Ni bien se casó con Catalina y compró su primer departamento (para lo cual
debió vender su auto) empecé con mi “campaña”. Le expliqué la
conveniencia de un seguro para proteger la inversión que había realizado y
para cubrir todos los electrodomésticos que le habían regalado (cómo me
dijo él: “no muchos, en realidad”) y los que ambos habían comprado con
mucho esfuerzo.
“Dame
unos meses y hablamos del tema” me dijo.
Respetuosamente
le “di unos meses” y volví a sacar el tema. Catalina quedó embarazada de
Teresa y me pidió “unos meses más”.
Nació
Tere y mi campaña se expandió: no solo era importante el seguro para su casa
sino también un seguro para proteger a su familia por si algo le pasaba a él.
Creo
que fueron 2 o 3 años de “diplomática perseverancia” hasta que un día
tomó la decisión (esa que me agradeció emocionado) de contratar el seguro
para su casa y uno para su familia “por un costo no muy alto, para
empezar”. Este último tema (seguro de vida) lo dejo para otra carta.
Por
supuesto que ni a Ud ni a mi nos gusta pensar en hechos o momentos
desagradables. Nadie sale de su casa pensando que el volver pueda encontrarla
hecha un montón de cenizas o sin todos aquellas cosas, grandes o pequeñas
que fuimos comprando a lo largo de los años.
Ni
Ud. ni yo pensamos en esas cosas. Pero el hecho
que no pensemos no significa que no puedan ocurrir.
En
el caso de Pedro durante 6 años el seguro de la casa le sirvió como un
“tranquilizante mental” pero un día (un sábado a las 11:30 de la noche)
su póliza se transformó en su “mejor inversión patrimonial”.
La
historia que le acabo de contar es real. Tan real como las cientos de
historias similares que ocurren a diario.
Seguramente Ud. debe conocer casos similares (aunque sin el “grito de Catalina” !!!).
No
es secreto que que uno de los peligros más serios
que sufrimos los que vivimos en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores es
el robo.
Podemos
tener rejas en las ventanas, puertas de seguridad, alarmas, vigilancia privada
y cualquier otra medida de prevención en nuestro hogar pero la
‘creatividad’ de algunos y la ‘violencia’ de otros hacen que todas
estas precauciones, en muchos casos, no den los resultados deseados. También
puede ocurrir que los daños provocados por los ladrones para intentar
ingresar a nuestro hogar (aunque, finalmente no puedan hacerlo) sean
importantes. No podemos olvidarnos tampoco de la rotura de vidrios, cristales
o espejos que, aunque no implica erogaciones muy elevadas, suelen ocurrir en
el momento menos esperado y requieren una pronta reposición.
Sin
embargo,
todos
estos hechos no se comparan con el peor de los ‘enemigos’ a los que
estamos expuestos todos: el fuego.
Si
este hubiese sido el caso de la familia Martinez el título cambiaría: “El
porqué del desmayo de Catalina”. El fuego no ‘elige’ que llevarse.
Arrasa con todo. Cuando un incendio se produce los daños que provoca son
cuantiosos y, en algunos casos, puede destruir totalmente nuestro hogar.
Incluso, si los bomberos llegan a tiempo, en su intento por apagarlo suelen
provocar daños en otros sectores de la casa.
Una póliza de seguro lo protege económicamente de todas estas pérdidas: por un lado, del robo de los bienes y elementos que se encuentran dentro de su hogar y los daños que produzcan los ladrones para ingresar o dentro del mismo (rotura de puertas, ventanas, vidrios, etc.). Por otro lado, si ocurre un incendio Ud. puede recuperar el valor de todo lo que el fuego (o las medidas tomadas para apagarlo) dañe o destruya. Además se reintegran los gastos que demande la limpieza, remoción de escombros o lo pagado por alquileres o gastos de hotel (con un límite relacionado con las sumas aseguradas) hasta que pueda volver a habitar su casa o departamento.
Ahora
piense unos minutos. Piense en todo lo que tiene.
Piense lo que le costó conseguirlo. Recuerde el momento de alegría
cuando firmó la escritura de su casa, o cuando compró la TV, la video, el
equipo de audio, la filmadora, la PC. Cuando decoró el living, el cuarto de
los chicos o el suyo.
No deje que todo eso se pierda por no tomar una decisión simple, fácil y, sobretodo, económica.
Dicen
que la tranquilidad mental no tiene precio. Le puedo asegurar que si lo tiene
y es muy económico !!!
Pero
hay más:
sin
ningún cargo
se incluye en su póliza de seguro el
Servicio
Gratuito de Asistencia Domiciliaria de Urgencias
con varios servicios que, ante una emergencia, resultan muy importantes
para evitar perjuicios mayores en su hogar y obtener una
solución
rápida, eficiente y sin costo.
Algunas
situaciones por las que puede llegar a pasar (y su solución):
1)
“El clásico del domingo”
Domingo
15 hs. En 3 horas comienza la transmisión del clásico. Las
cervezas en la heladera. Maní, papas fritas, unos sandwiches de miga. Todo
listo para que vengan tres amigos a ver el gran partido. De repente se corta
la luz. Pasan unos minutos y nada. Sale al palier y hay luz. Golpea la puerta
del vecino y en su departamento no hay problemas. Son las 4:30 hs. Faltan 90
minutos. Desesperación. Y ahora qué
hago? se pregunta. Opciones:
a) llamar al encargado (lo más
probable que no esté); buscar en la Guía un electricista
(nadie lo va a atender); llamar a los amigos y decirle que no vengan a ver
el partido (no se van a acordar bien de
Ud.); cuando lleguen sus invitados
convencerlos
que es mejor escuchar el partido en una radio a pila e imaginarse lo que está
pasando (qué dificil!!).
b)
llamar a un 0800 del Servicio de Urgencia 24 horas de la aseguradora y
acomodar los sillones para ver en un hora y media el partido.
2)
“Estoy muerto de hambre y la llave no aparece
. . .”
Viernes
23:30 hs. Después de una semana agotadora llega a su casa con su señora
“muerto” de hambre. Busca la llave en su saco y no aparece. Le pregunta a
su mujer si trajo las suyas y
ella le contesta que cuando salen juntos generalmente no las lleva. Abre su
maletín con la esperanza de haberla guardado adentro pero no están. Opciones:
a) buscar una cerrajería a medianoche
(prepararse para pagar entre $ 800 y $ 1000
para poder entrar a su casa).
b)
llamar desde su celular o de un teléfono público al 0800
del Servicio de Urgencia 24 horas de la aseguradora y en menos de una
hora estará cenando en su hogar.
3)
“Tarde de lluvia y viento”
Tarde
de invierno. Frio, viento, lluvia. De golpe la rama de un árbol golpea y
rompe el vidrio de la venta del cuarto de los chicos. Opciones:
a) bajar la persiana, cerrar la puerta y dormir todos juntos y bien abrigados
en el cuarto principal; llamar a la mañana siguiente a un vidriero para que
cambie el cristal de la ventana y ... pagarlo.
b)
llamar al 0800 de la aseguradora y en un rato los chicos jugando en su cuarto
mientras afuera llueve copiosamente.
4)
“Mi vecino del 3° se distrajo y . . . “
El
vecino del piso de arriba dejó una estufa encendida en el living. Sin darse
cuenta mueve la estufa hacia las cortinas de la ventana que da al balcón.
Sale a hacer unas compras. Cuando regresa lo reciben dos dotaciones de
bomberos y todos los vecinos que fueron evacuados por el peligro de la
propagación del fuego. El departamento de arriba quedó destruido, el del
vecino del mismo piso resultó afectado en gran parte y los de abajo (entre
los que se encuentra el suyo) sufrieron por la gran cantidad de agua que
arrojaron los bomberos para apagar el incendio. Durante 1 o 2 días no se
permitirá el ingreso de los ocupantes para que los especialistas verifiquen
el estado del edificio. Opciones:
a) ir a dormir a la casa de la tía
que no visita hace 2 años y 4 meses; alquilar una habitación en un hotel
esperando que se solucione pronto el inconveniente (por
día puede costar entre $ 300 y $ 400)
b)
llamarnos para informarnos el problema y solicitar el reintegro de los abonado
por los días de hotel.
Contratando
una póliza Ud. ahorra plata, tiempo, preocupaciones, dificultades y gana
en tranquilidad y comodidad.
Porque
los seguros sirven no solo cuando Ud. sufre un siniestro de gran magnitud
(incendio, robo, rotura de vidrios) sino cuando algún problema de
electricidad, plomería, vidriería o cerrajería se le presenta
imprevistamente.
Ud.
podrá comprobar que con una pequeña cuota mensual (realmente pequeña!!!)
accede a una protección completa para los bienes de su hogar y para los
pequeños problemas cotidianos.
Somos
partidarios de los seguros exclusivos o “seguros a medida” porque Ud. como
yo tenemos características, peculiaridades y necesidades que se deben
considerar a la hora de contratar una póliza para obtener la protección más
eficiente y conveniente.
Existe
una variedad inmensa de opciones para que Ud. pueda elegir libremente
y nosotros podamos aconsejarlo y ayudarlo con nuestra experiencia y
dedicación a tomar la mejor decisión.
Una póliza de seguro es la única forma de recuperar económicamente los que podamos perder. No existe otro sistema o mecanismo que se le compare.
Una
vez que contrate su seguro podrá sentirse protegido, seguro y tranquilo,
tendrá una “garantía contra los riesgos que en nuestra sociedad existen”
y se encontrará liberado de cualquier zozobra o mal momento que pueda llegar
a vivir.
Si
compara el costo del seguro de su auto (que ronda entre el 4 y 7% de su valor
por año según antigüedad, tipo de vehículo, cobertura y adicionales)
comprobará que un seguro completo para su hogar
puede alcanzar entre un 0,17% a un 0,30% de las sumas aseguradas dependiendo
de varios factores (ubicación, tipo de construcción, valores asegurados para
cada riesgo, etc.)
Como
decíamos más arriba, somos partidarios de los seguros exclusivos o
“seguros a medida”.
Los
bancos ofrecen seguros “enlatados” con
riesgos y sumas a asegurar perfectamente adecuadas a sus necesidades (las del
banco!!!) y no a las suyas. Pero como si esto fuera poco está el problema de
las diversas modalidades de cobertura que tiene cada riesgo. Si Ud. no es un
experto es difícil distinguir o entender: incendio del contenido a primer
riesgo o a prorrata, limitaciones de cobertura por objeto o tipos de objetos,
deducibles o franquicias, etc . . . .
Y,
si se analiza más a fondo, se puede comprobar que las sumas a asegurar son
muy reducidas para los riesgos más usuales (daño o robo de electrodomésticos,
rotura de vidrios) y más elevadas para los menos comunes. Si suma todos los
montos a asegurar da un valor elevado pero inadecuado para sus necesidades
puntuales.
Mientras
escribo esta carta recuerdo que Pedro me consultó una vez sobre una propuesta
que le había enviado su banco (o la tarjeta de crédito). Me mostró un
folleto muy colorido con la típica foto de una “familia feliz” (el
matrimonio observando alegre a sus hijos que jugaban en el living de la casa).
El costo parecía, a primera vista, muy tentador pero un simple y rápido análisis
demostró su absoluta inutilidad para las características de su hogar y sus
necesidades.
Al
contratar su póliza de seguro le
incluiremos otros
beneficios
gratuitos adicionales:
·
en
caso de incendio:
·
servicio
de mudanza de muebles
·
servicio
de guarda de muebles (máx. 7 días)
·
servicio
de vigilancia (máx. 72 hs.)
·
reintegro
por la tramitación de documentos hasta $ 200.
·
en
caso de robo y/o asalto:
·
dinero
en efectivo, hasta $ 200
·
en
caso de robo:
·
reintegro
por la tramitación de documentos hasta $ 200
·
bienes
depositados en bauleras cerradas hasta $ 500.
Cuando
compra un celular o contrata los servicios de TV por cable o se suscribe a
alguna publicación o se inscribe en un curso de idiomas, en letra chica y al
final del contrato aparece una leyenda que, en pocas palabras, lo obliga a
permanecer atado al servicio por un período determinado (en general, 12 meses
o más).
Nosotros le ofrecemos una garantía personal que, en caso de no desear continuar con la cobertura del seguro contratado, en cualquier momento (a los 15 días, a los 6 meses o en cualquier instante) puede solicitar la rescisión de la póliza.
A
partir de ese momento no deberá pagar ni un centavo más y, en el caso que
haya abonado proporcionalmente más de lo que corresponde, le reintegramos
esa diferencia !!!.
La
única salvedad es que al abonarse a través del débito en tarjeta de crédito
o débito bancario el pago de un período en el cuál estaba vigente su póliza
puede producirse después del momento de su pedido de rescisión. En ese caso
se efectuará el débito y, como dijimos antes, si ese pago implica haber
abonado en exceso le reintegraremos la diferencia.
D E C I D A S E A H O R A
(NO
ES PARA ASUSTARLO, PERO MAÑANA PUEDE SER DEMASIADO TARDE)
VIVA TRANQUILO, SIENTASE PROTEGIDO Y . . .
Le
entregamos GRATIS,
como beneficio por contratar el seguro por nuestro intermedio, un
obsequio especial gratuito.
“MANUAL DE PREVENCIÓN DE ACCIDENTES EN EL HOGAR”
Puede
comunicarse con nosotros de diversas formas:
4781-8900 / 4788-4489
(15) 4479-2045 / (15) 4184-6737
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1.
SEGURIDAD
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TRANQUILIDAD
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Si
está en su casa mire a su alrededor: la PC, el TV, la video, el DVD, el
equipo de audio, el microondas, la heladera, los muebles del living, del
cuarto de sus hijos, los de su cuarto.
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